About Me

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Supe de golpe que algunos amores más vale perderlos, pero jamás nunca antes de encontrarlos. Igual que vos, al hombre del prójimo jamás lo deseo... Excepto los Lunes, los Viernes de lluvia y algún que otro Enero. Si querés enamorarme, no me tomes en serio y ni se te ocurra ponerle al vino hielo ♪ Amo la música, viajar, editar, hacer deporte y mi libertad. Odio las mentiras, la gente negativa y, sobre todo, la rutina. No me estreso por llegar a ser la MEJOR en lo que haga, sino por hacerlo BIEN. Y defiendo a los míos contra quien sea; después de todo, son mi motor... elee.17@hotmail.com


Si uno se deja domesticar,

corre el riesgo de llorar un poco.-

Enjoy


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jueves, 25 de noviembre de 2010

La semana pasada tuve el placer de escuchar una frase dos veces, la cual vino bastante a destiempo: "Sos muy joven para enamorarte". Calculo, así, a grandes rasgos, que debe ser como la 134ta vez que la escucho y que quedarán varias veces más para deleitar mis oídos(?). La mayoría han venido de gente de la familia porque, claro, nadie supo/sabe/sabrá nada de mi vida personal, y cuando digo nadie... Es nadie.

Yo creo que nací enamorada. Tiraba besitos desde el asiento de atrás de mis viejos. En el jardín dí mi primer beso. En segundo o tercero de escuela me pelée por primera (y última) vez por un flaco que, en sí, nunca me había gustado; yo sólo quería buscar pleito (qué raro). En cuarto de escuela "me enamoré" platónicamente. Me enemisté con una persona por haberme "traicionado" y haberle contado al susodicho en cuestión mis sentimientos nunca correspondidos, sino todo lo contrario...

Creo que, en cuarto de escuela, me habré enamorado 5 veces en el transcurso del año; como evidencia tengo mis diaros íntimos que, a medida que uno va hojeando, puede encontrar variadas iniciales con corazones al lado. Indignada quedé cuando me enteré que ciertas personas habían pasado por mi cabeza... Indignada.

Después, digamos que hice un impasse para volver al ruedo de los amores platónicos a mis doce años (historia que ya conté). Y a los catorce... Bueno, a los catorce mis relaciones por fin lograron estar compuestas por dos personas y no por mí y mi cabeza/corazón. Es mentira eso de que el primer amor nunca se olvida; ahora, me decís el cuarto y, por ahí, te creo. A los dieciséis amé, a las patadas, pero amé. Y también me dí el lujo de desperdiciar algunas, pocas, lágrimas, sin saber bien porqué.
Ese mismo año quise fugazmente, y me decepcionaron como la mejor (pero viste que dicen que de los cuernos y de la muerte nadie se salva...). 

Y los diecisiete me pescaron en una nube de pedos. Con toda la sarasa de los ositos de peluche, charlas por teléfono hasta altas horas de la madrugada, sino mensajes de texto. Dedicando canciones de amor, como también recibiéndolas. Con ese brillo en los ojos y ese retorcijón de estómago que nada tiene de mariposas. Tratando de plasmar sentimientos en blogs o lo que fuera, totalmente al pedo, porque nunca pude, pero siempre cayeron en gracia. Y así me encontraron también los dieciocho y los diecinueve. Después lloré lo que debía, realmente, me cansé de llorar. Aprendí a musicalizar mi desamor, borré todas, absolutamente, las canciones de mi mp4, fotos, videos (what?), textos, conversaciones, mensajes de texto, números, msn; cualquier cosa que me hiciera volver al pasado, y funcionó por un tiempo, no lo niego, hasta que... Nada. Sacudones de la vida. Verlo y darte cuenta de que no avanzaste un reverendo joraca. Éso.

Y después, no sé, tengo un optimismo envidiable y es lo único de lo cual puedo jactarme porque, de verdad, veo luz donde, practicamente, nadie de mi entorno sabe ver. Entonces me dejé de joder, ví que el mundo seguía y no le importaba para nada mi situación sentimental y me fui de joda. Y es lo único, pero lo único que recomiendo. Nada de hacer el duelo y bla bla... Dejen esa palabra para otro momento donde sí tenga sentido hacerlo.

Y, así, podría tirar sin demasiado esfuerzo, decenas de cosas que he aprendido de cada uno, pero nunca sabré lo que encontraron ellos ♪