Han pasado cinco años;
asumiste las cosas.
Hace tiempo que estoy buscando mi verdadero yo.
Hay una especie de simbiosis,
lo dijo mi psicóloga;
haría bien a la terapia
alejarme un tiempo...
Unos setenta años.
Y no dejaste de empujar, tal vez, porque quieto se siente peor. Abandonar es más fácil que nada.